Me gustaría que tengas en cuenta siempre que te amo muchísimo, y que me cuesta creer que seas mortal. Muchas veces soñé que te ibas, y yo despertaba en forma desesperada, y buscaba tu cuerpo vivo para confirmar que sólo había sido un mal sueño, una pesadilla. Me dolería demasiado verte marchar. Sería como el fin del mundo. Mi vida ya no tendría el mismo sentido.
Pero hoy todavía te tengo a mi lado, y tengo que aprovecharlo. Gracias por todo lo que hiciste por mi y por mi hermano. Sé que sufriste mucho, pero sabés que hay quienes te aman con todo su corazón. Gracias por cada momento que compartís con nosotros, y por tenernos tanta confianza. Yo te considero una amiga muy especial, mi mejor amiga, a pesar de que tu rol debe ser el de una mamá. Y lo hacés de maravilla. Sos una madre grandiosa. Te merecés mucho en la vida, que yo no te puedo dar. Nunca voy a terminar de devolverte todo lo que hiciste por mí. Sos muy, muy valiosa. Te amo, mamá.